Técnica Ludovico

miércoles, abril 09, 2003

SEXO Y FORMAS
por el maravilloso Dr. Rodolfi

Todos sabemos que los seres humanos tenemos gustos distintos, algunos gustan de llevar una flor en el ojal mientras otros se rascan el culo de parados en plena Tertulia del Colón.
Mis últimas investigaciones con respecto a los buenos y malos modales nos llevan al centro de lo que más importa a las "gentes": el sexo.
Según estudios de eruditos y YO, en la antigüedad los rituales sexuales y sus formas de conseguir mujer o ramera no distaban tanto de las conocidas por nosotros en estos tiempos modernos. Cerca de 1600, el Triconde de Cracovia, Isador Klåast, gustaba de susurrar a las damiselas espantosas canciones románticas muy parecidas a las de Christian Castro. Éstas damas se mojaban ante el cuchicheo del Triconde y temblaban ante el cachondeo y por su halitosis, que era majestuosa. Generalmente estas damas terminaban en el lecho del mentado noble siendo atornilladas por su tremebunda pijarraca y luego descartadas al olvido; es decir, pasaban de damiselas a vulgares putitas en escasas horas (es necesario saber que a la mayoría de las mujeres les lleva más tiempo) ante la mirada certera del populacho.
En estos tiempos es igual, porque ni en aquélla época ni en ésta se le puede ocurrir a nadie querer hacer caer a una fulana con una canción de Christian Castro a menos que haya mucho dinero o sordera, es decir: es grasa todo.
Todo esto me lleva a recordar el caso del Lord Hastinngs, de Nueva Escocia, que a pesar de ostentar el rango de Noble Integrante del Parlamento Inglés, sus modales eran un asco. Pero esa dualidad causaba atracción a las damas del entorno, ya que mientras Lord Hastinngs se sacaba un moco o eructaba en la mesa las damas se le entregaban como quisiera cualquier mortal que no sea puto.
Tomemos por ejemplo el caso de los hinchas de fútbol. Estos energúmenos cruzados del bocho apenas si saben lo que es una servilleta, pero garchan como el que más; y dónde está el secreto? El secreto es que se garchan lo que usted no se garcharía aunque estuviera a punto de ser fusilado por los serbios, y muy, pero muy pocas veces se enhebran algo decente.
Algunos piensan que a las mujeres les encanta los tipos educados, otros piensan que las mujeres se enamoran de seres más parecidos a un hombre de la edad de bronce, otros que las mujeres nunca se enamoran, y así.
Por supuesto que estas reglas no son generales, pero generalmente se aplican.
Mi tesis lleva directamente a una síntesis de proporciones imperfectas, por ejemplo: ser noble de apellido, educado, bien vestido y bien hablado puede ser un síntoma de un pasado frágil y tedioso, es decir, que el tipo es más aburrido que los Testigos de Jehová, y las mujeres que se enamoran de estos seres suelen ser iguales o peores que su par masculino.
No olviden que las mujeres buscan en el hombre el orgullo y la valentía que a ellas les falta.
Las mujeres de alta educación siempre dicen necesitar a un "hombre de verdad" (?) el cual ni ellas mismas conocen ni suponen siquiera como es o debe ser. Son aburridas, estiradas, pasean siempre con su madre y en la cama a veces se destapan y chupan la pija y muy raramente entregan el orto. Es fundamental saber que estas mujeres adineradas siempre piensan en el futuro porque generalmente lo tienen, y si usted es un pobre infeliz y sale con alguna de ellas, siempre estará de paso, y si está de paso, el culo de la dama no será suyo hasta que conraiga nupcias. Si llega hasta el casorio con una dama bella y adinerada usted es más de lo que cree que es.
Por supuesto que estas reglas no son generales, pero generalmente se aplican.
La gente baja e insolente es un caso distinto, ya que su futuro depende solamente de los políticos de turno y, generalmente, mientras ellos suben usted baja. Una pareja promedio puede pelearse por ausencia de dinero tan fácilmente como se prende una hornalla, pero en los casos de parejas que rayan con la miseria todo es más difícil. Es difícil conocerse y generar confianza entre sus partes, porque el hombre suele pensar que una mujer sin recursos es presa fácil de chupar cualquier pija callejera, y la mujer suele temer que el hombre sea bruto como un arado y darle de hostias en sus momentos de ocio. Por supuesto que estas reglas no son generales, pero generalmente se aplican.
Las mujeres dicen que a los hombres les gustan las mujeres bien putas.
Los hombres dicen que a las mujeres les gustan los tipos con dinero.
Yo digo que a ambos géneros les falta soltura de lo que es saber disfrutar del sexo, sin anteponer artilugios cobardes para no tener que tomar cartas en el asunto y hacerse cargo.
Las mujeres están llenas de excusas fáciles que les son toleradas por todos, ya sea por cansancio, por hartazgo o por ser un bien adquirido el que no vale ya la pena contradecir.
Los hombres están llenos de miedos y orgullos salames que son fácilmente observables en una disco. Están llenos de histeria y se arreglan el pelo más que las mujeres coquetas, perdieron su rol como "hombres" en un mundo patriarcal; es decir, lo perdieron todo.
En las discos cada uno baila por su lado. Algunos se hablan. La minoría coje.
Mi humilde consejo es generar un llamado por el sexo mundial con fecha a confirmar. Todas las mujeres deberán presentarse en concha y los tipos en huevos en un parque público o en terreno fiscal para darse masa en nombre de la creación; eso si, las mujeres deben prometer de antemano que van a chupar pijas y entregar el orto, que para eso están.
Por supuesto que estas reglas no serán generales, pero seguro se aplicarán.