Técnica Ludovico

jueves, febrero 27, 2003

EL SEXO Y LOS SUEÑOS
por el maquiavélico Dr. Rodolfi

"Los sueños son expresiones reprimidas de nuestro conciente" decía mi tía.
Y es verdad, por ejemplo, quién no ha soñado con cojerse a algún extraño que jamás hemos visto? Yo, por ejemplo, he pasado varias veces por ese incómodo momento y lo peor es que desperté. Otras personas sueñan con garcharse a mujeres conocidas, otros sueñan con coger a alguien del mismo sexo y otros sueñan con garchar alguna vez en su vida.
Pero lo importante de todo esto es saber que cuando soñamos ésas cosas es por un motivo único y principal: tenemos que cojer YA.
No hay ni puede haber demora alguna, esto no es una terminal de micros donde uno puede salir antes o después de la hora acordada, no, tenemos que salir a garchar ráudamente y con audacia.
Me tocó estudiar detenidamente el caso de Mariana Velázquez, una hermosilla dama heterosexual que estaba preocupada por haber soñado que chupaba la concha de su mejor amiga. Mariana pasaba sus días con una preocupación abismal pensando que se había transformado en lesbiana de un día para el otro y que su novio; un gavilán idiota grandote y musculoso, se enfadaría con ella al enterarse de su dilema. Por supuesto que necesitó un especialista (ahí entré yo) y le aconsejé como corresponde y le ordené que hiciera desaparecer de su vida a ese tonto mormón con problemas de tiroides y se abriera a posibilidades nuevas que la vida le estaba mostrando a través de sus sueños.
Mariana tomó al toro por las hastas y comenzó una nueva vida barata y lésbica hablando con su amiga de sueños primero y chupándole la concha después. A eso llamo "convertir en realidad los sueños".
Poco supe después de Mariana, la lambe-cajetas, pero supongo que los sueños le abrieron un buen camino a la miseria social.
Yo, por ejemplo, soñé que me garchaba a Fabián Scanzolla, un horrible conocido que jugaba al fútbol y trabajaba de administrativo en Terrabussi; de baja estatura y cuasi subnormal. En mi sueño éramos pareja y disfrutábamos la cama como dos adonis en celo que manchaban de leche el cielorraso de las acabadas, pero al despertarme reaccioné y antes de dispararme un tiro en el vientre decidí ir a coger a las calles. Luego de una penetrada y una buena cascada nocturna, mis sueños volvieron a la normalidad, pero no sin antes ignorar definitivamente y para siempre a Fabián Scanzolla.
Podemos afirmar que la actividad onírica nos juega malas bromas, pero son el indicador de que algo está rondando por nuestro inconciente y debemos prestar atención, porque seguro que queremos cojer.
También recuerdo el caso de Oscar Grimaldo, un mogoloide verdoso que soñaba repetidas veces que se garchaba a su pobre prima y que ésta lo dejaba sin aliento de la cabalgada. Por supuesto que ante éstas repetidas poluciones nocturnas, el infeliz de Oscar ya se estaba enamorando de su prima y necesitaba un especialista (ahí también entré yo) con la velocidad de un rayo. Al entrar a mi consultorio, noté que Oscar era demasiado corpulento para sus cortos 13 años y que un bulto desmesuradamente grande se desdibujaba entre sus lompas. Lo acosté en el diván y comencé a darle masa con preguntas bien jodidas sobre su prima (descripción física, color de pelo, ojos, tetas, piernas, pies, teléfono, etc.) y lo rematé con un pedido imaginario de cómo sería para él la primera noche con su prima. El relato comenzó con balbuceos tímidos y continuó con demasiada segregación salivar, globos de moco y manoteo de bulto, de tocadita a cascada violenta. Cuando terminó y manchó sus pantalones con su infame semen lo eché del consultorio a patadas en el paladar. Acto seguido cité a su prima, sólo para comprobar que el bobo de Oscar podía ser un espectacular retrasado mental, pero con un gusto excelente. La niña, llamada Cynthia, acusaba apenas 12 añitos y tenía el apetito sexual de una pantera. Todavía la veo y me la garcho, como cité en un post anterior,... Así que, miren lo que me trajo el gato...!
Por eso tengan en cuenta antes de irse a dormir o antes de menospreciar sus fantasías que "el sueño de la razón produce monstruos"...