EL CONSULTORIO AMOROSO DEL DR. RODOLFI
vuelve para ayudar a los más débiles

Hola amigos, luego de un tiempo de vacaciones en la lejana isla Maciel, he vuelto para contestar sus súplicas.
Tengo en mis manos una carta de Rolando Orellana de 46 años que padece un mal digno de hombres maduros: le gustan las pendejas.
Estimado Orellana, el hecho que a usted (y a millones más) le gusten las púberes no es síntoma de ningún mal; de hecho, yo cada tanto le doy por atrás a una de 12 añitos que para qué te cuento..! Es muy normal que las fantasías nos lleven a querer saborear pieles más tersas y duritas, con todo lo que la fantasía promete. También es verdad que no todas las pendejas son cogibles, es más, algunas son dignas de ser golpeadas en la boca por irrespetuosas y malcriadas, mientras que otras son suaves, dóciles y muy putas.
El hecho innegable de este placer jovial es que es ILEGAL. Es decir que si usted, estimado Orellana o cualquier señor que pasa los 20 años se garcha una nena de 17 va en cana. Y a dónde nos lleva todo esto?, a hacerla sin que los demás se enteren, por supuesto. No les voy a decir que no lo hagan, o que piensen en las repercusiones y todas esas pavadas; si alguna pendeja se les regala hay que enhebrarla.
Generalmente uno las ve caminar todas sueltitas y frescas, casi virginales, y uno se imagina toda la situación, es decir, que uno es el que "la sabe" y que la nena es la aprendiz: primer error. Porque esas nenas garchan más en una semana que usted y yo juntos en 2 años, lo que las lleva a ser bastante más rápidas que el ELF de 6 ruedas.
Usted cree que ella le va a decir alguna frase ilusa como: "quiero que me hagas tuya" o "quiero hacer realidad TODAS mis fantasías con VOS": segundo error. Porque las fantasías de esas nenas pueden ser o muy pequeñas o muy zafadas, es decir que para algunas con una buena lambeteada de argolla la noche "ya está" y fue fenómena, mientras que a otras uno no las calma con nada menos que con un disparo en la cabeza. A decir verdad, toda fantasía radica en las experiencias sexuales no logradas de cada uno, con lo cual si usted vivió toda su vida cogiéndose negras jóvenes, su primer fantasía sexual va a ser coger con Mirtha Legrand, y así... Pero no es bueno calmar todas las fantasías a tan corta edad, hay que dejar experiencias latentes para lo que resta de vida y así tener necesidades nuevas cada 10 o 20 añitos.
Ahora bien, estimado Orellana, le cuento que yo también padecí el mal de las pendejas y quiero decirle que algunas situaciones pueden volverse ásperas, por ejemplo: Ricardo Muriellaci (un ex-paciente) quería deleitarse con el ano de cierta pendeja vecina que, aparentemente, era muy puta. Luego de la usual parloteada que llevó su tiempo logró su cometido y la arrastró al catre para hacer lo indebido. La joven abrió sus nalgas y Ricardo entró como un avión a un portaaviones, sin nada que lo ayude y con la habilidad del piloto. La joven gritó, se quejó y todo eso, pero la venganza fue que en el momento de sacar el trozo de adentro de ese cuerpecito, el miembro salió embarrado en merda y envuelto en una hoja de lechuga, degerida pero no defecada días atrás. Algunas niñas no son muy aseadas que digamos y mientras a algunos el aroma a meo y pez le es atractivo, para otros no tanto. También existen niñas salvagemente sexuales, tal es el caso de Mariana Lerutt, de Olavarría, que gustaba de coger con cuanto vejete se cruzara por su vereda. Esos tipos pensaban lo mismo que usted y que Orellana: que esas párvulas iban a gozar con el poderío de un hombre de verdad (como pensamos todos) y del pensamiento a la acción hay una buena diferencia. Mariana los hacía hablar por la polla mientras ella los cabalgaba como en un rodeo. Los tipos aullaban con el miembro rojo y en carne viva mientras ella los dejaba sin fluídos y sin alma con sólo 14 años de edad, pero con más carrera que Telescópico en San Isidro.
Es bueno saber que el sexo no es una cuestión de cuerpos y de edades sino de piel, pero siempre es aconsejable que llevemos nuestra piel con nosotros.
Por eso, estimado Orellana, si quiere garcharse pendejas, hágalo sin piedad y sin moral pero eso si: recuerde que en prisión se trata muy mal a los culpables de estupro y además, puede quedar usted enganchado en la sensibilidad de una piel joven y no poder salir de esa droga nunca más. Ya sabe lo que eso significa: que usted se habrá convertido en un abominable viejo verde por lo que le resta de vida.
Y para despedirme me voy con un aforismo de los míos:
"existen mujeres de todo tipo
y para todos los gustos,
de varios colores y tamaños
de pies y manos,
pero a todas les gusta la pija"

Chau, piensen en mi cuando cojan.