Técnica Ludovico

domingo, octubre 06, 2002

SIN NECESIDADES APARENTES
dedicado a la gente que se conoció y enamoró por internet
por M.Rodolfi

Graciela era una chica hermosa, radiante, con una de esas sonrisas que pueden comprar estrellas del firmamento. No era habitual encontrar esa clase de mujer en un mundo tan mezquino y solitario como éste, pero ahí estaba ella, y respiraba y sonreía y era real. Mientras sus amigos y su pareja descansaban con cotidiana normalidad, ella curioseaba en internet hasta altas horas de la noche, como un escape de la rutina, como un bálsamo...
Una noche cualquiera era como un día cualquiera de emociones esquivas. "Consejos Aplicados" era el nombre de una página curiosamente armada por un tipejo que firmaba simplemente con las letras "BB" y que escribía de forma ambigua y hasta indecorosa extraños divagues que salían de una turbulenta imaginación, aunque de dudosa coherencia.
A Graciela le llamó la atención uno de los escritos que decía así:

"Lo malo que tiene el pasado es que nunca lo puedes negar...
Tranquilo entre rastafaris y hablando swahilly muy raro,
con mi amigo el americano, médico brujo de pelo enrulado.
Su madre le tiene prohibido viajar a ciertos lugares:
"no te montes en los autocares
de Negril hasta Montygo..."

Y en el taxi de un jamaicano con mucho miedo nos sentamos,
un tipo con rostro evadido, los ojos rojos y casi cerrados,
por la tierra de la carretera, (por llamarla de alguna manera)
las cabras, ciempiés y perros
se ríen de los extranjeros.

Y en aquél hotel jamaicano las mujeres van con sus maridos.
Los marinos se quedan mirando como si fuera un acto prohibido.
Y en aquél hotel jamaicano hay desfiles de bodas sin ramo,
hay detalles de lujo romano, hay señoras, señores que visten disfraces
que sufren deslices que no dejan
cicatrices...

Al mítico hotel Hedonismo con nuestros trajes de gala llegamos,
las señoras no tienen vestido, tienen toga y laureles en ramo,
piernas rojas que no están en los libros y folletos que venden pasión,
hay sujetos que no se han descripto
ni siquiera en la imaginación...

Y en aquél hotel jamaicano las mujeres van con sus maridos.
Los marinos se quedan mirando como si fuera un acto prohibido.
Y en aquél hotel jamaicano hay desfiles de bodas sin ramo,
hay detalles de lujo romano, hay señoras, señores que visten disfraces
que sufren deslices que no dejan
cicatrices..."


-"Si quiere contactarse conmigo escriba a la siguiente dirección de mail..."- decía la página de "BB". Graciela escribió, y en una tormentosa noche se encontraron en medio de un espacio plagado de insolentes "ceros y unos" que nada tienen que ver con cualquier noche de cualquier día de verano.
"hola, me gustaron tus escritos" escribió ella mientras tomaba un té con limón cómoda en su casa.
"de verdad...?" contestaron del otro lado... Qué poca cosa es la vida, no?.. qué cerca está la locura...
Ella tomó la taza en sus manos y bebió un sorbo largo y confiado.
Este BB sacaba palabras de la guantera como si se tratara de una charla común, sumando a ello poesías, letras de canciones y prosas variadas, al parecer, haber encontrado a Graciela del otro lado lo estimulaba creativamente como para dar rienda suelta a una especie de amor virtual, sin siquiera con sentir la necesidad u obligación de tenerla entre sus brazos.

"la vida tiene mil cosas
que son hermosas
si no se ven..."


Graciela leyó esa frase y adivinó automáticamente que era dedicada a ella. Él sonrió y asintió con la cabeza desde el otro extremo de la red sin haberse cruzado palabras.

"... Sobre un oscuro sillón de cuero rojo y beige domino mi obsesión y mis ojos también.
Por más que yo quisiera y aunque tres vidas viviera, pendenciero y mujeriego lo seré hasta que me muera
y aunque a tres mujeres quiera, si las tres vidas viviera a tí, que lo mereces,
te querría por primera.
Qué poca vergüenza, qué desfachatez, sincero hasta que muera, sincero aunque me duela,
qué quieres que diga, qué puedo decir..?
te digo lo que nadie quisiera nunca oír."


Hablaron repetidas veces, con intercambio de "caras" incluído.
Yum yum, ñoki ñoki..! opinaba él de ella. Lo que ella opinaba de él todavía es un misterio insondable.
Él puso en su página la confesión típica de un cazador con su presa en la mira y a punto de apretar el gatillo:

"...te digo lo sincero, te digo de tí qué quiero,
te digo de mi espera, te digo: mereció la pena.
Tantos lustros para aprender a decir algo
con un simple beso..."


No es que el fulano fuera un poeta, simplemente tenía buena memoria y claridad de pasión. Al parecer, Graciela realmente disfrutaba de los escritos de este desconocido, con la sorpresa que al otro día podría encontrar algo dedicado a ella o a cientos de aventureros buscadores de sorpresas:

"...él le pregunta si es posible amar a medias, sabiendo que la respuesta era que "no",
la sola idea de estar sin ella le daba horror..." Y ahora se pasa cada segundo en el hospital,
por si le preguntan con el corazón qué hizo mal. Y él les confiesa con la mirada: vino el amor.
Y le contestan: no hay nada malo,
lo inevitable es el dolor..."
Es que él tendría que haber, entonces, imaginado que es muy difícil vivir así tan enamorado.
Es un veneno que te arrebata el corazón,
pierdes el sueño y los papeles y la razón."


Y las noches ya no serían las mismas para nadie.
Ni siquiera para aquéllos que nada sabían del tema, ni siquiera para los mudos y mendigos.
Ni siquiera para la araña
y la mosca atrapada en la red.

"... nada, ni siquiera la lluvia
tiene manos tan delicadas..."